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OPINIÓN CESM >> DE HAGNODICE A ISABEL MONTOYA

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Publicado el 08/03/2022
 Artículo de opinión elaborado por nuestra delegada, portavoz y tesorera, María José Campillo, con motivo del Día de la Mujer, y publicado en prensa regional

Publicado en Diario La Opinión el 8 de marzo de 2022
 
Hagnodice fue una médica griega del siglo IV a.C. cuyo juicio desencadenó la primera revuelta femenina conocida de la historia. Atenas había prohibido el ejercicio de la Medicina a las mujeres bajo pena de muerte, pero la vocación de nuestra heroína griega era tan fuerte que, con el apoyo de su padre, se vistió como un hombre y partió a Egipto a estudiar Medicina. 
Al regresar a su ciudad natal, practicó la Ginecología desvelando su condición femenina a las mujeres a las que atendía, lo que le hizo ganar la confianza de sus pacientes y despertó la envidia de sus colegas médicos ante su éxito, que la denunciaron falsamente de violar a las mujeres a las que cuidaba.
Fue llevada a juicio por ello y, una vez allí, confesó su verdadero sexo, siendo entonces condenada a muerte por ser mujer. 
Ante esto, una turba de mujeres furiosas por la injusticia que se estaba cometiendo con Hagnodice –que las había tratado y cuidado con excelentes profesionalidad y entrega a riesgo de su propia vida- reprendieron a sus maridos, a quienes no les quedó otra opción que liberar a nuestra protagonista y cambiar las leyes para que las mujeres pudiéramos estudiar y ejercer esta profesión.
En el siglo X, la Escuela de Medicina de Salerno era una de las pocas que permitía a las mujeres estudiar entre sus muros. Allí, se formó Trótula de Ruggiero. Esta médica escribió tratados de Pediatría y Ginecología que fueron utilizados durante varios siglos en las escuelas de Medicina. En ellos, contradijo a los que consideraban “venenosa” a la mujer durante la menstruación y afirmó, por primera vez, que la esterilidad en una pareja podría provenir del hombre y no de la mujer. Sin embargo, el que pasó a la historia fue su marido, al que se le atribuyeron los libros, y su nombre fue sustituido por el masculino Trottus. 
En Europa, en el siglo XIX, las mujeres no podían ser médicos, así que Margaret Ann Bulkley se vio obligada a disfrazarse de hombre para poder desarrollar su vocación, pasando a ser conocida como James Barry. De esta forma, consiguió ser médico e ingresar en la Armada Británica. Ella consiguió practicar la primera cesárea en la que madre e hijo sobrevivieron. Solo a su muerte, en la autopsia, conocieron que James era Margaret.
En el mundo, la británica Elisabeth Blackwell fue la primera mujer que pudo ejercer la Medicina. Se le atribuye la célebre frase de “si la sociedad no admite el libre desarrollo de la mujer, entonces la sociedad debe ser remodelada”.
Dentro de nuestras fronteras, en España, la primera mujer titulada que practicó la Medicina fue la catalana Dolors Aleu Riera. Accedió a los estudios en la Facultad de Medicina en 1874, siendo la primera española en hacerlo. No fue fácil y, de hecho, no permitieron que se presentase al examen de licenciatura hasta el año 1882, aunque había finalizado sus estudios en 1879. Durante 25 años, ejerció como ginecóloga y pediatra.
Más cerca, en la Región de Murcia, tuvimos que esperar hasta el siglo XX, en la década de los años 30, para que dos mujeres fuesen las primeras en aparecer en los registros de colegiación en el Colegio de Médicos. Fueron María Huertas Campoy y Ángela Santamaría.
Aún a pesar de la llegada paulatina de la mujer a la Medicina en el siglo XX, hasta el punto de sobrepasar el porcentaje de varones actualmente, las mujeres hemos tenido que seguir derribando techos de cristal. No fue hasta 2012 que una mujer valiente, comprometida con la profesión, rompió barreras y fue elegida primera presidenta del Colegio de Médicos de la Región de Murcia; primera mujer en representar a la profesión en un cargo de primer nivel de una organización profesional médica en nuestra Región. Fue Isabel Montoya Martínez, pediatra que no dudó en abrir el camino. Conocida y respetada por todos sus compañeros, buscó siempre el diálogo y el consenso para solucionar los múltiples problemas que afectan a médicos y pacientes, a los que nunca olvidó durante su mandato de ocho años al frente de la institución.
En 2017, Luisa Fernanda Martínez de Haro ha sido la primera cirujana que ha conseguido ser catedrática en la Universidad de Murcia. La primera en España.
En el año 2018, otro nuevo hito feminista en la Medicina murciana llegó con el nombre de Carmen Robles, elegida década de la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia y convirtiéndose en la primera mujer que ostenta este cargo en la Región de Murcia en los 50 años de historia de la institución académica. Una mujer bregada en las artes universitarias, reconocida por su accesibilidad, amabilidad y preocupación por el futuro de los estudiantes y de la Universidad.
Siglo XXI y las mujeres médicas seguimos derribando muros y normalizando el hecho de que las mujeres accedan, en igualdad, en cargos de representatividad, reflejo de la realidad de una profesión feminizada durante las últimas décadas.
Sin duda, contamos con el apoyo de una sociedad que ya no considera a las mujeres como personas de segunda categoría a la sombra de un hombre y gracias a unos compañeros de profesión que nos apoyan e impulsan para seguir adelante en un camino de igualdad. 
La profesión médica en su globalidad -mujeres y hombres de la mano- seguirá luchando para que todos vivamos en el respeto, la tolerancia y el respeto.
 
 

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