Aviso legal

Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas). Para más información consulta nuestra política de cookies. Puedes Aceptar, Rechazar o Configurar las cookies, pulsando los botones dispuestos para ello:

       


OPINIÓN CESM >> 11 de febrero, Día Europeo del 112: a todos los compañeros del 112 y 061

.

Publicado el 11/02/2022
 Elaborado por María Antonia López, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria en el SUAP de San Andrés, nuestra secretaria técnica de Atención Urgencias en el Sindicato Médico de la Región de Murcia CESM, secretaria de la Junta Comarcal de Murcia del Colegio de Médicos de la Región de Murcia
 

Cada 11 de febrero celebramos el Día Europeo del 112, fecha marcada en el calendario con el objetivo de acercar más a la ciudadanía y poner en valor a los servicios de emergencia de cualquier índole, la labor de los distintos profesionales que en ellos trabajan y la importancia de mejorar cada vez más este servicio que tanto ayuda a todos, día a día, cual moderno Prometeo derramando la luz sobre la oscuridad de las mentes y de los cuerpos.
Hablar del 112 es hablar de la primera línea de la atención multiprofesional a una emergencia o urgencia de cualquier tipo. Los profesionales que desarrollamos nuestra labor en este servicio hemos de estar preparados, en todo momento, para tomar decisiones eficaces, rápidas y proporcionadas, ajustadas a cada situación y personas concretas.
 
Integrado en el 112, se encuentra un equipo de la Gerencia de Urgencias y Emergencias del 061 de la Región de Murcia constituyendo el Centro Coordinador de Urgencias, que presta atención a un 63% de la actividad anual del 112 entre asistencia a urgencias sanitarias y consultas médicas telefónicas, si contáramos parte de la asistencia a asuntos de violencia de género y doméstica, seguridad ciudadana y extinción de incendios y salvamento, nuestro trabajo podría llegar al 70% o más (cifras correspondientes a la memoria anual del 112 del año 2020).
 
Para desempeñar nuestro trabajo debemos tener presente muchos factores, algunos en contra, tales como: el manejo de la incertidumbre vía telefónica a pesar de los recursos digitales a nuestro alcance; la limitación de medios humanos y materiales (que no son infinitos) por lo que se requiere un sistema de triaje de las llamadas; el probable desconocimiento de los propios enfermos y allegados del funcionamiento del mismo (recordamos que desde que descolgamos la llamada todos vemos lo que está pasando y organizamos la asistencia con la mayor rapidez, agilidad y efectividad posibles), y a veces incluso, el propio desconocimiento de compañeros de otros ámbitos asistenciales.
 
Siguen siendo primordiales la educación e información a la población para que haya más conciencia sobre la importancia de los servicios de emergencias/urgencias y de cuáles son las consecuencias de que los recursos se ocupen en llamadas poco serias o en asuntos que se pueden resolver con recursos propios del paciente o con otros recursos del sistema sanitario como es la Atención Primaria que (aprovechamos para reivindicar) tanto necesita de refuerzo en personal y financiación.
 
No olvidemos el brazo operativo de este equipo del 061 que trabaja en el 112, que es el Centro Coordinador de Urgencias: las ambulancias medicalizadas (Unidad Móvil de Emergencias UME y Servicios de Urgencias de Atención Primaria SUAP, entre otras). Cada vez que una de ellas se pone en marcha para atender una urgencia/emergencia, la incertidumbre también viaja a su lado. Los profesionales no sabemos qué nos vamos a encontrar al 100%, cómo nos van a recibir, tal vez amistosamente, con agradecimiento y colaboración o tal vez con agresividad y coacción. Es nuestro trabajo, estamos preparados para ello y se supone que nuestra empresa también nos debe formar y proteger frente a las agresiones (este es un tema para otro artículo no menos importante). A veces, el miedo, que como dicen “es libre”, nos atenaza en el trayecto o en nuestras casas, antes o después de la jornada… Nadie, absolutamente nadie, salvo nosotros mismos, podemos mitigarlo. La entrega profesional a dicho trabajo conlleva, con frecuencia, la desatención diaria de nuestra propia vida personal y familiar (más aún desde el inicio de la pandemia y en cada ola de ella…). Es un precio muy alto el que tenemos que pagar.
 
Pero, a cambio, tenemos la impagable satisfacción del servicio público bien cumplido, el escuchar el agradecimiento infinito de boca de nuestros pacientes, sobre todo en las personas más desprotegidas... También la camaradería de los compañeros ante los malos tragos que pasamos en algunas guardias, más aún en esta pandemia que ha puesto al descubierto las debilidades de nuestro sistema sanitario. Y, del mismo modo, la admiración callada de los MIR que se están formando con nosotros. Ellos son la futura plantilla que irá reemplazando a una generación con valores y un bagaje incomparable por la memoria histórica que ellos mismos acumulan desde los orígenes del 061.
 
La atención por parte del 112 en su conjunto y el servicio del 061 en particular, con todas las personas que lo formamos, somos, sin ninguna duda, esenciales en el más amplio sentido de la palabra. Ninguna norma, decisión política o administrativa, ninguna componenda empresarial o personal debería poner en peligro nuestra función, que no es solamente desempeñar un trabajo o un oficio, sino que es una forma de ser y una forma de entender la sociedad en la que vivimos.
 
Quiero dedicar estas palabras a todos los compañeros que integramos el 112-061 desde donde vemos las grandezas y las miserias del sistema, sacando todo adelante desde este cajón de sastre en el que todo se incluye para confeccionar un plan o solución inmediata, en muchas ocasiones a contrarreloj y con los recursos justos.

.