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¿Por qué los médicos paramos el 13J?

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Publicado el 12/06/2025
 Artículo elaborado por nuestra secretaria general, María José García Mateos, y publicado en prensa regional, en el que explica los motivos de la jornada de paro de los médicos españoles el 13 de junio

Publicado en el diario La Opinión de Murcia el 12 de junio de 2025
Los médicos españoles, también en la Región de Murcia, dejaremos de atender consultas y quirófanos el 13 de junio. No lo hacemos por capricho, por corporativismo o simplemente por mejorar un complemento salarial, sino para proteger la seguridad de nuestros pacientes y la salud física y mental de quienes les cuidamos.
El borrador del nuevo Estatuto Marco, que Sanidad presentó en enero, mantiene intacta la herida que los médicos arrastramos desde 2003: jornadas que combinan las 35 horas ordinarias con hasta 48 horas semanales cuando se suman las guardias obligatorias y una “bolsa adicional” de 150 horas anuales que el texto rebautiza pero no suprime.
En la práctica, un facultativo puede superar ampliamente las 2200 horas anuales de trabajo efectivo.
Nuestro trabajo, en el que se valoran situaciones críticas sobre la vida de un paciente a las tres de la madrugada, no está protegido por una jornada razonable ni está diseñado para asegurar que estas decisiones vitales las tomamos en plenas facultades, sin fatiga crónica ni riesgo acumulado.
En medicina, se espera que el profesional funcione igual en su hora 40 que en la hora 80 de una semana agotadora. Esa expectativa no sólo es inhumana; tenemos que tomar conciencia real de que es peligrosa.
Para más perversión, esas horas nocturnas y festivas obligatorias se retribuyen por debajo del valor de una hora ordinaria de trabajo: no sólo no se negocian, sino que se imponen y se malpagan. Estamos hablando de trabajo de tarde, noches, festivos y fines de semana, asumido bajo presión asistencial y con una sobrecarga brutal, que se remunera por menos de lo que vale nuestra hora en turno ordinario. Es un modelo que exprime al profesional y desincentiva la permanencia en el sistema público.
Con estas condiciones, cada vez más médicos optan por abandonar la Sanidad pública o rechazar plazas en condiciones indignas, poniendo en peligro así el sostenimiento de la Sanidad pública.
La propuesta de Estatuto Marco perpetúa la incompatibilidad para los MIR durante sus cinco primeros años como adjuntos, justo cuando acaban de completar un periodo de formación intensiva que el sistema sanitario ha aprovechado como mano de obra imprescindible y baratísima. Han sido columna vertebral de los hospitales, y, al acabar la residencia, reciben límites y restricciones.
Pero el documento también impone incompatibilidades injustificadas a jefes de servicio, jefes de sección y coordinadores médicos de Atención Primaria, profesionales con décadas de experiencia, enorme responsabilidad organizativa y sueldos muy por debajo de lo que correspondería a sus funciones.
Además, el texto ignora por completo el reconocimiento profesional y académico que merece la trayectoria de médicos y facultativos: en lugar de avanzar hacia una clasificación ajustada a la realidad, se nos mantiene en el mismo grupo que titulaciones con una formación académica de menor duración y sin formación clínica especializada obligatoria.
Peor aún: los médicos y facultativos estamos gravemente infrarrepresentados en el Ámbito de Negociación, la mesa general donde se deciden nuestras condiciones laborales a nivel estatal. Lo que esto significa es muy simple: nuestras jornadas, nuestras guardias, nuestras retribuciones y nuestras incompatibilidades las negocian otros colectivos que desconocen nuestras particularidades y nuestra realidad laboral y profesional diaria.
A quienes tachan la huelga de egoísta, les invito a pasar una noche en un servicio de Urgencias, encadenando 8 y hasta 9 guardias al mes; o las agendas de hasta 50 pacientes en un Atención Primaria, sin tiempo real de atender con calidad o mirar a los ojos.
Una sanidad que maltrata tanto a sus medicos falla a los pacientes y la sociedad; porque los ciudadanos tienen derecho a ser atendidos por un profesional en condiciones físicas y mentales adecuadas.
El borrador ni siquiera contempla la posibilidad de una jubilación anticipada con coeficientes reductores, a pesar de que el ejercicio de la Medicina cumple con todos los requisitos para ello: exposición constante a agentes biológicos, trabajo nocturno, alta carga emocional y condiciones tan penosas que afectan a nuestra salud física y mental
Por todo ello, la profesión médica dice “basta” el 13 de junio. Esta huelga es por el presente y por el futuro porque este texto va a marcar, como mínimo, los próximos 30 años de las generaciones venideras.
Porque la salud de los pacientes depende de que los médicos trabajemos en buenas condiciones. Sólo alguien que se encuentra bien puede ofrecer calidad en el trato, toda su experiencia, su conocimiento y su formación, la cual ha cultivado -precisamente- para ser el mejor médico para su paciente.
El 13J no estamos ante una simple huelga: estamos ante una llamada de auxilio, de conciencia y también de esperanza.
 

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