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OPINIÓN CESM >> Una oportunidad para el futuro de los Servicios de Urgencias

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Publicado el 16/01/2023
 Por Francisco Martínez, médico de Urgencias en el Hospital Reina Sofía de Murcia y delegado del Sindicato Médico CESM en el área 7 
 

Publicado en el diario La Opinión de Murcia el 14 de enero de 2023
Conocemos a Santa Rita como patrona de las enfermedades, heridas, abusos, la familia, los funcionarios, e incluso de los casos difíciles y desesperados y las causas perdidas.
Su patronazgo nos viene a la mente ante la situación de los Servicios de Urgencias del Servicio Murciano de Salud, los cuales atraviesan una crisis como jamás hemos presenciado.
La pandemia ha obligado a los profesionales sanitarios a realizar un tremendo esfuerzo, con un especial impacto entre el colectivo médico dado el déficit de facultativos en la Región de Murcia –y en España en su conjunto- y la consiguiente dificultad de reforzar sus plantillas con efectivos adicionales.

Los Servicios de Urgencias de nuestra Comunidad Autónoma, crónicamente saturados, han visto aumentada la demanda progresivamente y se han visto forzados a desdoblarse en diferentes circuitos para poder atender con una mayor seguridad a pacientes respiratorios o con enfermedades no sospechosas y tratar de minimizar el riesgo de contagio por COVID entre los pacientes que han acudido a estos Servicios. Para ello, precisaron de una dotación mayor de recursos humanos que no ha sido posible cubrir en las categorías de médicos de Urgencias, lo que ha derivado en un agotamiento de estos profesionales.

Las sucesivas olas en la incidencia de la COVID, aun disminuyendo en virulencia, han dificultado enormemente el descanso de los profesionales; la posibilidad de disfrutar de periodos vacacionales y permisos en las fechas solicitadas; la conciliación familiar; exigiendo un esfuerzo adicional de nuestros médicos. Estos especialistas han asumido con abnegación esta tarea, que se prolonga demasiado en el tiempo –ya casi durante 3 años- y que les conduce al hastío y a la afectación de su salud mental, con el desarrollo de patologías como la ansiedad o la depresión. En los casos más extremos, esta insostenible tensión les ha hecho plantearse el abandono del ejercicio de la profesión, al menos en el ámbito de las Urgencias.
Junto a esto, los pacientes con enfermedades habituales que procuraban no acudir al médico por miedo al contagio y el aumento de las listas de espera en Atención Primaria han condicionado un incremento progresivo del número de consultas en los Servicios de Urgencias de la Región, conduciendo inexorablemente a una pérdida de calidad en la asistencia sanitaria y a un empeoramiento de las condiciones laborales de estos trabajadores.

Muchas han sido las advertencias y quejas de los profesionales y de las organizaciones que los representamos, pero hasta ahora la respuesta obtenida ha sido la de cargar de más trabajo a una plantilla ya deficitaria, agotada, a la que se le suma una nueva carga de trabajo administrativa, sin aportar solución alguna a la situación de crisis previa.
Ante el olvido de los Servicios de Urgencias por parte de la Administración, me planteo si la solución a estos conflictos consistirá en implorar a Santa Rita para la protección de la enfermedad, los abusos sobre el personal sanitario, y la atención a las causas perdidas, como parece ser la dotación adecuada de estos Servicios encargados de asistir a la población durante las 24 horas de los 365 días del año y sobre los que descansan todos los déficits y sobrecargas de nuestro sistema sanitario, tanto las dificultades de acceso al primer nivel asistencial con la celeridad requerida por los pacientes; como la saturación de las camas hospitalarias cuando estas situaciones se producen de forma cíclica por el incremento de las patologías.

Por esta parte, escribo con el desánimo que provoca el comprobar que un problema antiguo, lejos de ser solucionado, ha ido empeorando provocando un sufrimiento cada vez más difícilmente soportable para el trabajador sanitario y, a la vez, una pérdida de calidad asistencial en la atención al paciente.

Pero, por otro lado, escribo con esperanza de que el acuerdo para la mejora de la asistencia sanitaria en la Región de Murcia, firmado en noviembre, tras las complicadas negociaciones entre el Sindicato Médico y la Administración regional conduzca, por fin y sin demora alguna, a la elaboración de tan deseado y necesario Plan de Urgencias y Emergencias de la Región de Murcia. Sin duda, desde CESM consideramos que estamos ante una gran oportunidad para reparar los daños en las Urgencias y Emergencias de la Región de Murcia; dotarlas de los recursos humanos y materiales necesarios y garantizar a la población una asistencia de calidad, ofreciendo al mismo tiempo condiciones laborales dignas y estables a los profesionales que trabajan en este ámbito y a los que, desde estas líneas, pongo en gran valor.

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